La fuerte competencia a la que las empresas se enfrentan hoy en día les obliga a ser más imaginativas que nunca para fidelizar a sus clientes. Si quieres cautivar a tu audiencia, tienes que contar historias de éxito. Te damos las claves para un buen storytelling.
[dropcap color=»#ccc»]S[/dropcap]educción: tienes que crear en tu espectador/lector ganas de dejarse llevar, de implicarse en la historia. La época en la que intentábamos meter el producto por los ojos del cliente ha llegado a su fin; lo realmente eficaz (aunque cueste más trabajo y más creatividad) es enamorarle con una historia en la que nuestro producto o servicio no sea el protagonista, sino un elemento más del cuento. ¡Como en la vida misma!
[dropcap color=»#ccc»]T[/dropcap]alento: la seducción no viene sola, viene de la mano de una historia basada en el talento, en la creatividad, en el éxito: eso es, en esencia, el storytelling. No olvidemos que se trata de crear contenidos no destinados (únicamente) a vender, sino a entretener al cliente. Para que éste busque nuestra historia, la lea y la disfrute voluntariamente, debe aportarle algo… el fracaso y la negatividad ni atraen, ni venden. Un buen ejemplo fue la campaña Aquarius es Justo, sobre la catedral que un hombre lleva construyendo, él solo, desde el año 1961: la historia es sorprendente, es emotiva, es increíble pero cierta y, desde luego, nos dejó a todos con la boca abierta.
[dropcap color=»#ccc»]O[/dropcap]riginalidad: el gancho de una historia está en su capacidad de innovar y ser original. Nos atraen los cuentos ingeniosos, que se nos quedan grabados mucho tiempo, ya sea porque nos hacen soñar, porque nos sorprenden o porque nos divierten; el caso es que son diferentes, únicos. Si no lo crees, párate a pensar un segundo: ¿qué recuerdas mejor, una estadística que viste la semana pasada o un cotilleo -al final no deja de ser una historia– que te contaron hace un mes?
[dropcap color=»#ccc»]R[/dropcap]elevancia: además de original e ingenioso, nuestro cuento debe ser relevante. Es decir, no puede ser «plano», porque por muy bien que esté contada, si la historia no aporta nada al lector éste no la transmitirá, no compartirá su experiencia con los demás… Y el boca a boca, que ha alcanzado sus cotas más altas en las redes sociales, sigue siendo la forma más eficaz de publicidad.
[dropcap color=»#ccc»]Y[/dropcap]o, yo, yo: olvídate de la primera persona, hay que ser más sutil. Limitarse a contar la historia de la empresa o de su fundador resulta demasiado obvio y no atraerá al público, que lo identificará como «más de lo mismo». Si realmente merece la pena, cuéntala como si fuera digna de un largometraje de Hollywood. Y si no, dale al coco, porque seguro que en el origen o en los valores que encarna tu negocio hay algo que contar.
[dropcap color=»#ccc»]T[/dropcap]ransmedia: utiliza todos los canales que sean necesarios para vehicular tu historia, y convertirla en algo tangible y casi real. Para lograr hacerse un hueco en la memoria del espectador no hay que bombardear indiscriminadamente, hay que estar sutilmente presentes donde sea necesario, para recordarle la historia cuando ya la ha leído o para dirigirle hacia ella si aún no lo ha hecho. Por ejemplo, si has creado una página web para tu cuento, no «destripes» el final en Facebook: mejor haz un pequeño anuncio de «descubre más en www.loquesea.com».
[dropcap color=»#ccc»]E[/dropcap]moción: es un recurso clave en el storytelling, como lo ha sido siempre en los cuentos tradicionales. Cuidado con abusar, que no se trata de hacer llorar al espectador. Pero para construir una relación especial, para conectar con el cliente, debemos crear un vínculo esencialmente emocional. Mientras que la diversión es un buen recurso, pero más difícil de conseguir y que se olvida antes, los seres humanos somos más homogéneos a la hora de emocionarnos, por lo que bien manejada, la emoción se convierte en una herramienta que casi nunca falla.
[dropcap color=»#ccc»]L[/dropcap]azos: o, utilizando la palabra de moda, engagement. El objetivo final del storytelling es conectar con el cliente a un nivel íntimo y, por tanto, superior. Nos alejamos de la tradicional máxima de la publicidad, según la cual hay que crear una necesidad en la persona para que tenga que comprar cierto producto; para mostrarle el lado humano, los valores, las ideas que hay detrás y que se identifique con ellas. Se crea así una relación muy especial, porque no es estrictamente comercial, sino voluntaria y de ocio, ya que no perseguimos a la gente, sino que cada persona lo busca y lo disfruta porque quiere. En definitiva, lo hace suyo.
[dropcap color=»#ccc»]L[/dropcap]argo recorrido: el storytelling, como parte que es del branded content (¿qué es esto? Lee nuestro artículo aquí), es una carrera de fondo. Seguramente no veremos resultados a muy corto plazo, y el éxito de nuestra historia tampoco se traducirá en masas de gente comprando nuestro producto. Es un objetivo de largo recorrido: construir un cuento para que quede grabado en la mente de las personas. Es todo un arte, y requiere tiempo y buen hacer, así que ¡ten paciencia!
[dropcap color=»#ccc»]I[/dropcap]dea: el talento, la seducción, la originalidad y demás requisitos estarán siempre al servicio de una idea, que es el eje. La propia historia es una mera excusa para transmitir esa idea: es lo que en un cuento tradicional sería la moraleja, y que aquí es el mensaje que queremos hacer llegar al consumidor. Una idea no es una promoción o una oferta, ni es algo tangible; es un valor asociado a nuestra empresa, inherente a ella y que perdura en el tiempo.
[dropcap color=»#ccc»]N[/dropcap]arración: puede parecer demasiado técnico, pero para que tenga éxito es fundamental que tu historia esté bien construida desde el punto de vista narrativo. ¿Quieres que sea realista o todo lo contrario? ¿Que tenga un tono emotivo, irónico, nostálgico o divertido? Existen infinitas posibilidades, elige la tuya y, sea cual sea, sé fiel para que el cuento tenga coherencia.
[dropcap color=»#ccc»]G[/dropcap]anancias: aunque pueda parecer que contamos cuentos porque no tenemos nada mejor que hacer, las marcas no utilizan el storytelling al azar, sino con un objetivo. ¿Qué ganamos nosotros utilizando esta técnica? Será difícil contabilizar las ganancias a nivel económico, pero lograremos algo muy importante: un espacio propio en la mente del consumidor. En términos de imagen de marca, es un beneficio que tiene un valor incalculable.